Antes de usar un aspirador nasal (especialmente por primera vez), lea siempre las instrucciones del fabricante. El aspirador debe limpiarse a fondo con jabón y agua tibia o colocarse en el lavavajillas entre cada uso. La mayoría de los aspiradores tienen puntas o tubos que se pueden desmontar para facilitar la limpieza. Esto ayuda a prevenir la acumulación de bacterias o moho con el tiempo.
Los expertos recomiendan que antes de usar un aspirador nasal para succionar la mucosidad, primero debe aflojarlo con solución salina. Las gotas de solución salina pueden ayudar a aflojar la mucosidad dura, lo que hace que sea más fácil y más cómodo limpiar la nariz de un bebé. Unas pocas gotas suelen ser suficientes para aflojar la mucosidad.
Algunos aspiradores están equipados con diferentes velocidades de succión. Utilice la velocidad mínima necesaria para limpiar la nariz del bebé. Demasiada succión puede causar irritación, lo que puede provocar enrojecimiento o hemorragias nasales. Si la nariz de un niño se irrita, intente usar el aspirador con menos frecuencia o con un nivel de succión más bajo.
La forma de usar un aspirador nasal diferirá de un producto a otro, pero en general, puede esperar seguir los siguientes pasos (recuerde usar solución salina para aflojar la mucosidad, primero):